domingo, 30 de octubre de 2011

Justicia poética.



«A Springsteen, como a muchos, le fascina esa forma de ser de los donostiarras que acogen a las celebrities sin agobiarles. Me dice Juan Mari Arzak: "Tú paseas, te reconocen, te saludan, pero no se te echan encima". Donostia hace honor a su sobrenombre de La Perla del Cantábrico. Es cosmopolita, no desmedidamente grande y con una vida cultural extraordinaria. Nada que ver con el pueblecito de pescadores elegido por Isabel II para tomar baños de mar. Su primera visita fue por prescripción médica pero tanto le gustó que acabó convirtiéndola en destino de veraneo de la Casa Real y su abundante corte. Se iniciaba así una Belle Époque de la que dan buena cuenta sus señoriales edificios que hacen de La Bella Easo una de las ciudades más hermosas de la cornisa cantábrica. Cuando llegas al Paseo de La Concha te pasa un poco como con Broadway: la has visto tantas veces en la tele que te parece que ya has estado antes. No hay actor que venga al Festival de Cine, ni forastero de paso, que no se inmortalice acodado en su archifamosa barandilla. Según subo la pequeña escalinata de acceso al Hotel Maria Cristina sé que hubiera dado media vida por pisarla con su alfombra roja y toparme con una de las muchas estrellas del celuloide que se han alojado bajo su techo: Audrey Hepburn, Sofia Loren, Vittorio Gassman, Brad Pitt.... incluso Bette Davis durmió aquí diez días antes de su muerte. En realidad, el mayor tesoro de la ciudad son sus paisanos. ¡Nada que ver con el tópico del vasco cerrado! Increíble la paciencia que tienen para explicarte al detalle lo que llevan sus riquísimos pintxos, para guiarte en busca de una calle, un edificio o un restaurante. Tampoco les sobra cabezonería, pasión ni corazón. Porque tienen mucho de valientes, pero también esa sana bravuconería tan propia del norte. Siempre me han admirado esos bañistas aguerridos que, sí o sí, se bañan en La Concha aunque caigan chuzos de punta. Los hay, doy fe. Es la ciudad más deportista que conozco de todas las que he visitado. Bicicletas y corredores por doquier. Transmiten un modo de vida de tal manera y hay tantísimas cosas por hacer allí, que dan ganas de deshacer la maleta definitivamente allí.»

miércoles, 26 de octubre de 2011

Una vez más..,,Donostia*


.Siempre se vuelve donde se fue feliz.


Ven conmigo por la ciudad
ven conmigo, desatemos un vendaval
esta noche ven conmigo a bailar
ven conmigo y vuelve la luna de esta ciudad...
*
~No hay noche más feliz que esta,
sabiendo que mañana volveremos donde fuimos tan felices..

sábado, 22 de octubre de 2011

#Cita con la Muerte.





[...]a lo que el señor Boyton dijo:
Me gustaba la idea de ser mayor que ella, pensaba ..«Al menos moriré primero. No tendré que soportar la agonía de intentar vivir sin ella.»

martes, 18 de octubre de 2011

En el alma.


Lo que muchos consideran imposible es lo que nunca han visto.
Y ... cuando algo te toca el alma es difícil olvidarlo.
Gracias A.C.M

viernes, 14 de octubre de 2011

Secreto*




No tengo tiempo para odiar a los que me odian, no tengo tiempo de discutir con los que no me entienden, ni preocuparme por lo que no les importo; pues estoy ocupada amando a quienes me aman, hablando con quienes me entienden y agradecida a quienes les importo. La vida es muy corta para desperdiciarla con gente vacía, sin principios ni valores.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Lo perdurable

Sus miradas se cruzaron desde el primer momento en el que Sara Reeves puso un pie en Arazana. Desde entonces, muchos han sido los obstáculos que les han impedido estar juntos. Sólo una razón ha podido con todos ellos: el amor

sábado, 1 de octubre de 2011

Por nuestra eternidad


Cuando nuestras almas se alzan firmes, en silencio, frente a frente, cada vez más cerca, hasta que arden nuestras alas extendidas y se abrasa cada rincón de su curva, ¿qué mal amargo puede el mundo causarnos si nos tenemos el uno al otro? Devoremos nuestro paso por la tierra, amada mía, huyamos del capricho cruel de los hombres que arrinconan los espíritus puros. Inventemos juntos un lugar lleno de luz donde resistir erguidos, donde amarnos siquiera por un día. Aún se acecha nuestra oscura última hora.