Navidad, oh, Dulce Navidad.
La época del año que más va conmigo, con la niña que vive en mí, aunque no me considere creyente, simplemente agnóstica. Pero es tiempo de pasar más tiempo con la familia si se puede, de tener más detalles, de causar sorpresas, de compartir momentos, de quererse más... Y de tratar de recolectar todos esos instantes y meterlos en una bola de cristal para que no se escapen de nuestra retina el día de mañana. Al menos eso es lo que intento hacer cada año. Este, por fin este puto año para mí, se acaba. Ha sido exasperante, sorprendente, agotador, duro y puñetero. No ha sido fácil. Me ha costado mis lágrimas y sudores. En serio, no he tenido mucha suerte. Pero no se puede vivir del pasado, eso dicen, y yo decido no vivir de lo malo. Así que borrón y cuenta nueva, de lo malo y puñetero. Porque 2014 me ha dejado cositas buenas, un punto de suerte, momentos bonitos, escapadas exprés y un reencuentro inolvidable. Dejemos que todo fluya. Que Enero dé nuevas oportunidades a un mundo necesitado y trabajemos por construir lo que a veces llamamos 'suerte' y se consigue con trabajo y perseverancia. Feliz Inicio de año . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario