
[..]No sé si ustedes piensan como yo, pero este mundo
que nos ha tocado es una lástima. Conviene ser realistas, ser conscientes de
nuestra verdadera dimensión, por insignificante que sea. Porque cuando la
muerte le llegue al poderoso empresario y al gobernante imperial y también al
miserable dueño de su pobreza, las cenizas de uno no pensarán más ni menos que
las del otro. Y hay pocas suertes capaces de salvarnos de este y otros abismos,
y una de esas es el amor. El único poder capaz de competir con el abismo, de
hacernos olvidar, aunque sea por una noche, del final obligatorio. Ni siquiera
el recuerdo del repugnante big bang puede despegarnos del amor. Así que a amar,
amigos, sepan que es la única forma de reconciliarnos con la noche.
(#) Voz en cuello – M.B. || fotografía::Praga.
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