Hoy rememoré algo. Diciembre de 1995. Acababa de perder a mi tío. Estaba
entrando en el coche con mis padres y mis abuelos. Recuerdo sobretodo a mi
padre y a mi abuelo, el cual no cesaba de recitar frases de apoyo moral,
incluso bromas que nada tenían que ver con los horrendos momentos que estábamos
viviendo, concretamente a mí. Pero nada ni nadie podía aliviarme en absoluto.
Lo oía y me repugnaba. Era sólo una niña. Y pensé que nunca más tendría
esperanza en la vida. Creí que no volvería a ser feliz ...
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