«Con
su ejemplo, los hispanos aprendimos a no rendirnos nunca, a no perder la
esperanza, a creer que lo imposible puede hacerse realidad. La historia la
escriben los vencedores, pero la leyenda no se puede enterrar. Nunca se podrá
enterrar la hazaña de ese pastor que luchó contra la mismísima Roma y llegó a
convertirse en el rey de Hispania: Viriato.»
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